•Con el apoyo de Generalitat Valenciana e InteRed•
En el marco del proyecto “Promoviendo el derecho de niñas, niños y adolescentes de pueblos indígena originarios campesinos a educarse en su propia lengua, cultura y con igualdad de género en un contexto de recuperación justa post-pandemia Covid-19 en 6 regiones de Bolivia”, el Centro de Multiservicios Educativos – CEMSE, llevó adelante el Curso de Formación de Gestoras Comunitarias los días 12 y 13 de septiembre. El encuentro reunió a 40 niñas y adolescentes pertenecientes a pueblos Aymara, Uru, Quechua y Guaraní, en un proceso formativo que fortaleció su liderazgo y capacidad de acción comunitaria por una educación despatriarcalizadora con el apoyo de Generalitat Valenciana e InteRed
Durante dos jornadas, las participantes se adentraron en una experiencia pedagógica vivencial que articuló los cinco campos de acción y lucha del feminismo comunitario: cuerpo, territorio, memoria, movimiento y tiempo. La ruta comenzó en el mirador Niño Kollo, lugar simbólico de resistencia de la revolución indígena, donde las niñas conectaron con sus raíces y recibieron la bendición espiritual de los apus Illimani, Huayna Potosí y Mururata. A través del intercambio de illas, figuras tradicionales que simbolizan protección y buen augurio, las niñas iniciaron una travesía cargada de significado, memoria y poder ancestral.
En la Plaza Isabel la Católica reflexionaron sobre los estereotipos que las mujeres enfrentan diariamente en relación a sus cuerpos y orígenes. Frases como “es del campo, pero es bonita no más” o “usa corrector, maquíllate para no te veas fea”, fueron cuestionadas con firmeza por las niñas, quienes denunciaron la naturalización del racismo, el machismo y la violencia simbólica en sus entornos escolares y familiares.
En el Valle de la Luna se abordó la memoria y la importancia de rescatar los conocimientos ancestrales, revalorizando saberes sobre salud, alimentación y economía alternativa frente al modelo capitalista extractivista. El recorrido fue también una reivindicación del movimiento como motor de cambio, recordando que cuando las mujeres se organizan, transforman no solo sus vidas, sino también las de sus comunidades.
El paso por Achocalla permitió reflexionar sobre el tiempo, visibilizando cómo las mujeres destinan gran parte de sus días al trabajo de cuidado, al empleo remunerado y a la organización comunitaria, dejando poco espacio para sí mismas. Esta toma de conciencia motivó a las niñas a plantear nuevas formas de distribuir las responsabilidades y a exigir el derecho a vivir libres, sanas ycon dignidad.


























































































































































































Como cierre del proceso, las participantes elaboraron planes de acción por unidad educativa, con el compromiso de replicar lo aprendido y promover cambios concretos hacia una vida libre de violencias. En la noche, un espacio de encuentro y sanación permitió resignificar el rol de las mujeres en comunidad, tejiendo miradas, risas, arte y afecto. La jornada concluyó con una fogata donde se quemaron simbólicamente los miedos, las inseguridades y los recuerdos
que impiden avanzar, dando paso a una nueva etapa como gestoras comunitarias por la vida, la paz y el cuidado de la Madre Tierra.
Isabel Olivera Gutiérrez, Responsable de Genero de la Fundación Intered, expresó: “no hay libertad sin desobediencia. Esta metodología no solo permite cuestionar las
violencias normalizadas, sino que construye puentes desde la sororidad. Las niñas son esperanza, presentes y futuros”.
Jessica Acari Patzi, estudiante de la U.E. Boliviano Portugal de El Alto, señaló sobre las actividades “Me enseñó a quererme más, apreciarme más a mí misma, también me ayudo a soltar temores, me inspira que ser mujer es lindo y único”.
CEMSE reafirma su compromiso con una educación transformadora, inclusiva, descolonizadora y despatriarcalizadora, que reconozca el derecho de niñas, niños y adolescentes a educarse en su lengua y cultura, con igualdad de género. Esta actividad se constituye en una muestra del poder transformador de la educación cuando es guiada por la voz, la experiencia y la lucha de las propias niñas y adolescentes.
Autora: Jessica Gonzales Boyan


