No cabe duda de que la comunicación ha sido en la historia de la humanidad un motor que ha movido diferentes estamentos de la actividad en todas las sociedades, el libro ha sido y aun es un instrumento imprescindible para la transmisión de conocimientos, de información, de sueños de documentación y principalmente de apasionamientos, desde los bibliófilos y tipógrafos de los siglos pasados, hasta los editores, productores, diseñadores e imprentas de nuestros tiempos nos han dado la oportunidad de disfrutar de las maravillas resultantes de la inspiración, investigación, estudios e inventiva de quienes han destacado en este arte de escribir libros, en esos sentimientos tan llenos de imaginación, creatividad e intelectualidad que transporta la magia de los libros, ese apasionamiento lo vivimos todos los días y lo vivimos muy íntimamente en una persona que transitó su historia en una biblioteca muy particular, famosa por su entrega, por su colaboración y principalmente por el cuidado celoso de sus joyas literarias y por su lucha inclaudicable ante el avance de las tecnologías digitales, doña Costa Andrade, hoy estaría exponiendo sus tesoros y recibiendo gente contagiada por su entusiasmo, la biblioteca del CEMSE, hoy biblioteca “COSTA ANDRADE” está de fiesta, hoy el espíritu literario festeja por nuestros pasillos y en los corazones de mucha gente que la conoció y que compartió con ella, no solo su trabajo en la biblioteca, también ese interminable anecdotario de su vida, las risas y los llantos nos envolvieron por muchos años, su presencia estará por siempre en nuestras vidas.
Hace unos meses despedimos a nuestra compañera, hoy celebramos su presencia permanente, la recordamos y la homenajeamos como un justo reconocimiento a quien entregó su vida a este rincón, refugio de estudiantes de todas las edades, maestros y maestras que con ella encontraron sosiego a sus dificultades de docencia, hoy estas con nosotros querida “COSTA ANDRADE”.