•Con el apoyo de EVA – OXFAM – Dinamarca•
En el marco del proyecto “Por el derecho a la educación de niñas, niños y adolescentes con pertinencia cultural y lingüística y libre de violencia”, el Centro de Multiservicios Educativos (CEMSE) llevó adelante, jornadas de diálogos talleres desde los saberes del vivir bien en comunidad “SUMA MANQAÑA” en la Unidad Educativa Adrián Castillo Nava B, ubicada en la ciudad de El Alto con el apoyo de EVA – OXFAM Dinamarca
Espacios de reflexión colectiva y auto análisis, fueron los que dieron inicio a los talleres- dialogativos, sobre como el saber alimentarse, se convierte en una herencia cultural y como las nuevas formas de vida en inmediatez, distorsionan, como nos alimentamos, que elegimos para alimentar y con que ajayu preparamos, servimos y comemos los alimentos.
El primer taller, denominado “Queque Consciente de Plátano, Avena y Chía”, fue guiado por la chef y facilitadora holística Valeria Manzaneda Arce y el chef profesional Nicolás Zalles, la metodología tuvo un enfoque vivencial y holístico, en el que la cocina se convirtió en una herramienta para la conexión emocional, y la resignificación del acto de cocinar. Durante la preparación del queque saludable, se dialogó sobre las emociones que se transmiten a través de los alimentos, la importancia de cocinar de forma consciente y el valor de compartir este espacio con todos los integrantes del hogar. La reflexión giró en torno a preguntas como: “¿Para quién cocinamos?”, “¿Desde dónde cocinamos?” y “¿Con qué intención cocinamos?”, promoviendo una visión del cuidado libre de estereotipos de género.
“Cocinamos no solo para nutrir, también para cuidar, para enseñar y para conectar con quienes somos. Tanto hombres como mujeres tenemos una energía equilibrada; el arte de la cocina no tiene género” expreso, Valeria Manzaneda chef y facilitadora holística.
El segundo taller, centrado en la elaboración de “Chaufa Andino de Quinua”, profundizó en los ejes “¿Para quiénes cocinamos?” y “¿Por qué cocinamos?”, resaltando el valor ancestral de la quinua y su papel en la nutrición familiar. A lo largo del taller se abordaron las memorias culinarias, los sabores de la infancia y las costumbres familiares relacionadas con la alimentación. Se cuestionó cómo, muchas veces, se cocina “de memoria” o “en automático”, sin reconocer la carga emocional y cultural que conlleva este acto cotidiano. Además, se reflexionó sobre cómo la cocina, entendida como una práctica educativa, puede enseñar valores, fomentar la corresponsabilidad y fortalecer el vínculo familiar. El enfoque del taller también hizo énfasis en que tanto hombres como mujeres pueden y deben participar en estas labores, fomentando desde la niñez la equidad en las tareas de cuidado.
Cristian Zalles, chef profesional y facilitador del segundo taller, añadió: “Como hombre, también cuido a mi familia desde la cocina. La buena sazón y el cariño no tienen género. Este espacio mostró que los hombres también podemos nutrir y educar desde los alimentos”.




























































Durante ambos espacios, se generó un diálogo intergeneracional que permitió cuestionar estereotipos profundamente arraigados, como la idea de que la cocina es “cosa de mujeres”. A través de experiencias prácticas y reflexivas, se promovió el reconocimiento de que las tareas del hogar pueden y deben ser compartidas, y que la cocina, más allá de alimentar, también educa, transforma y une.
“Hoy en día ya hay varones que cocinan. Ser chef ya no es solo cosa de mujeres. En el hogar ambos cocinan, ambos atienden a los niños, y eso es muy bueno. Hay igualdad”, expresó Teresa Susana Llora Jiménez, madre de familia y secretaria de Hacienda del Consejo Educativo de la unidad.
Alejandra Teodora Huanca Saloma, madre participante, también compartió su experiencia: “No sabíamos cómo se preparaban muchos de estos platos. Hemos aprendido, y también hemos reflexionado. Me pareció buenísimo”.
Con esta experiencia, CEMSE reafirma su compromiso con la transformación educativa desde las familias, fortaleciendo espacios de diálogo, prácticas de cuidado corresponsable y aprendizajes significativos que reconozcan los saberes tradicionales, promuevan la equidad de género y contribuyan a mejorar la calidad de vida de niñas, niños y adolescentes en contextos diversos.
Autora: Jessica Gonzales Boyán



